Dios tiene planes para nuestras vidas y debemos ayudar a otros a conocerlos. Este párrafo debe presentar el diseño de Dios para este tema específico. El propósito es que sea de ayuda, guiando a otros a descubrir lo que Dios tiene preparado para ellos, incluso en medio de esta prueba. Puede incluir un versículo bíblico. Porque yo sé los planes que tengo acerca de ustedes, dice el SEÑOR, planes de bienestar y no de mal, para darles porvenir y esperanza. (Jeremías 29:11)
En este párrafo se habla del contra-diseño de Satanás. Él distorsiona la verdad para alejarte del propósito de Dios. Para el caso: el enemigo no quiere que sepas que eres capaz de ayudar a las personas en necesidad. Lanza mentiras a tu mente, para que creas que no puedes lograrlo, o que no tienes la experiencia necesaria. Su objetivo es que dudes de ti mismo y de lo que el Señor quiere hacer a través de ti.
En estos párrafos, nuestro objetivo es mostrar los efectos que resultan cuando el plan de Dios es alterado. El temor nos impide ver el depósito que el Señor ha puesto en nuestras vidas. Limita nuestra capacidad de ser utilizados en la ayuda a otros. Como dice Proverbios 29:25, El temor al hombre pone trampas, pero el que confía en el SEÑOR estará a salvo.
La inexperiencia puede hacer que no te sientas calificado para aconsejar a otros. Miras a otros que han recorrido el camino antes que tú, y te parece que te falta demasiado. ¿Cómo podría yo aconsejar a otros? Aún cuando el Señor nos da las palabras necesarias a través de su Espíritu Santo, muchas veces sentimos que no somos la persona más adecuada. ¡Y si nosotros mismos luchamos a veces con el asunto, el peso de la inexperiencia es aún mayor!
Entonces pensamos que lo que podemos aportar no tiene suficiente valor, y preferimos no decirlo. El menosprecio es precisamente la condición de valorarnos a nosotros mismos por debajo de nuestro valor real. Conscientemente sabemos que todos tenemos puntos de vista distintos, y que nuestro aporte bien podría ser lo que complete la palabra que el Señor desea transmitir en el artículo. Pero si el menosprecio ha hallado cabida en nuestro corazón, subestimaremos el impacto que nuestras palabras pueden tener en quienes las lean o escuchen. Al menospreciarnos, podríamos estar condenando a alguien que se está ahogando.
En este párrafo se debe brindar esperanza al lector: Aunque todo parezca perdido, Dios tiene el control. Aunque sea una actividad nueva, tus experiencias, vivencias, opiniones e investigaciones son valiosas para el desarrollo de este tema. Cada aporte, por pequeño que parezca, es importante. Todos somos necesarios, y al confiar en Dios, podemos ver cómo Él usa nuestro testimonio para contribuir.
Porque no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía sino de poder, de amor y de dominio propio.
2 Timoteo 1:7
En cada prueba, Dios moldea nuestro carácter y aumenta nuestra fe. Aquí recordamos las promesas de Dios y cómo Él nos ayuda a atravesar las pruebas. El Señor nos habla y usa de manera única a cada uno de nosotros, de igual forma nos ayuda a salir de pruebas de diferentes formas. No hay una manera única en la que Dios actúe. Cuando compartimos nuestro testimonio, alentamos a otros a confiar en el Señor, quien puede obrar en el proceso que otros estén viviendo y darles las herramientas para no rendirse.
Este párrafo anima al lector a ver más allá del problema, recordándoles el plan de Dios, incluso en las adversidades. Y sabemos que Dios hace que todas las cosas ayuden para bien a los que lo aman (Romanos 8:28). Si este tema es algo que has experimentado y has salido victorioso, o si aún estás en el proceso, ¿qué mejor manera de ayudar a otros que a través de lo que ya has aprendido? ¡Así, otros podrán aprender de tus errores pasados y encontrar ánimo en tu testimonio!
¡Animemos a nuestro prójimo! ¡Preparemos el salvavidas y arrojémoslo al que se está ahogando! Hagámosle saber que hay esperanza. Que no todo está perdido. ¡Sostengamos su cabeza sobre las olas hasta que pase la tormenta! ¡La salvación del Señor no tardará mucho más! Nuestros ojos miran al SEÑOR, nuestro Dios, hasta que tenga compasión de nosotros. (Salmos 123:2)
No temas, porque yo estoy contigo. No tengas miedo, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, y también te ayudaré. También te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Isaías 41:10
Queremos dar ánimo al lector. No estás solo. Tenemos herramientas prácticas que te ayudarán a enfrentar tu situación. Como verás a continuación, hay una oración y recursos adicionales. Aunque el proceso parezca complicado, sabemos que tu buena disposición resultará en mucho gozo y bendición. Más importante aún, ¡podrías estar salvando vidas!
Si estás de acuerdo con lo anterior, lee esta oración en voz alta: Señor, yo sé que Tú me creaste para vivir una vida fructífera ayudando a mi prójimo. Líbrame del temor y del menosprecio, y no permitas que mi inexperiencia sea un estorbo. ¡Cuenta conmigo! Mi confianza está puesta en Ti. Sé que Tú me ayudarás a ser útil para ayudar a otros. ¡Sé que juntos - Tú, mis hermanos y yo - tendremos resultados maravillosos! Amén.
¡Ánimo! Disfruta de esta nueva experiencia de discipulado. El Señor está con nosotros. Aprende y crece en convivencia con tus hermanos. (El convivio es prácticamente obligatorio.) ¡Pero sobre todo, saca de tu depósito espiritual la buena palabra que Dios te ha dado palabra para bendecir a otros! Nuestra oración es que el Señor te guíe y te conceda una jornada muy fructífera.